Recomiendan proteger testimonios de presuntas víctimas de O’Neill

Recomiendan proteger testimonios de presuntas víctimas de O’Neill

En una vista de necesidad, la jueza Sariely Rosado Fernández evalúa si excluye al público y a la prensa del testimonio de las mujeres que acusan al exalcalde de hostigamiento sexual

La jueza Sariely Rosado Fernández se reservó el fallo esta tarde sobre si permitirá la presencia de público y cámaras de la prensa durante el testimonio de las alegadas víctimas en la vista preliminar del caso contra el exalcalde de Guaynabo, Héctor O’Neill.

Tras escuchar el testimonio de una sicóloga llevada como perito por parte de la oficina del Fiscal Especial Independiente (FEI) y una siquiatra sentada por la defensa de O’Neill, la jueza informó que anunciará su determinación por escrito no más tarde de la próxima semana.

“Se le va a dar seria ponderación a la prueba y haremos la resolución por escrito”, sostuvo la jueza del Centro Judicial de Bayamón.

Ante esta situación, decidió mover la continuación de la vista preliminar, que estaba pautada para mañana, para el 3, 4 y 7 de mayo, por ser la fecha más próxima en que su calendario coincide con los fiscales y abogado de la defensa.

En diciembre pasado, a O’Neill le encontraron causa para arresto por siete de los 11 cargos que le radicó el FEI. Entre los cargos, se encuentran violación a la Ley de Ética, violencia doméstica y actos lascivos, entre otros.

Rosado Fernández celebró una “vista de necesidad” para escuchar la prueba presentada por la partes en torno a si se debía permitir que las alegadas víctimas declararan sin público y sin que se transmita a través de los medios de comunicación, como ya se había establecido previamente para la vista preliminar.

La perito del FEI fue la sicóloga Yaritza López Obrero, quien le realizó varias pruebas y entrevistas a una de las presuntas víctimas.

López Obrero dijo que su conclusión es que se le debe permitir testificar sin prensa ni público, tras encontrar “sintomatología” de ansiedad, depresión, entre otros, que pudieran afectar su deposición y su estado emocional.

“Con esto hallazgos, podría concluir que la evaluada posee ciertas vulnerabilidades emocionales que, como mencioné, no implican un diagnóstico de salud mental como una depresión mayor… y eso ocurre por nivel de funcionamiento social es adaptativo, así es que no puedo hablar de que hay trastorno aquí. Puedo hablar que hay índice de sintomatología moderados”, sostuvo López Obrero.

“Esa vulnerabilidad y esa sintomatología me lleva a mí a recomendar que no haya acceso a la prensa ni acceso al público y, de ser posible, circuito cerrado”, agregó.

Pero, mientras elaboraba sobre la necesidad de que el testimonio fuera a través de circuito cerrado, el abogado de la defensa, Harry Padilla, objetó, pues no era un asunto que estuviera ante la consideración de la jueza, quien acogió el planteamiento.

Entonces, López Obrero continuó sin insistir en ese aspecto, pero sí explicando en la necesidad de evitar factores que afectaran a las testigos ante el público.

“Entendemos que aquellos medios que puedan ser utilizados para proteger el testimonio de la víctima, es decir para que no se afecte su capacidad para verbalizar los alegados hechos, deberían emplearse para proteger ese testimonio, ya que se identifica una serie de sintomatologías que la hacen vulnerable, probablemente más que otras personas en las cuales una evaluación emocional no me identifiquen una elevación en los síntomas”, mantuvo la sicóloga.

“Realizándolo (el testimonio) con unas complejidades añadidas como pueden ser la prensa y publico en general, afectarían ese potencial de testificar efectivamente, por la vulnerabilidad identificada en el caso de ella, y entiendo que pudiera generar mayor daño emocional al que ella presenta”, añadió.

Para identificar ese cuadro, López Obrero hizo referencia de nueve pruebas que administró, además de dos entrevistas, a una de las presuntas víctimas.

Además de los síntomas de depresión, ansiedad, tristeza, patrones de sueño alterado, falta de interés en actividades diarias, la sicóloga destacó su reacción a una prueba que consistía elaborar historias a base de láminas, pues presentó dificultad en “cerrar historias”, particularmente ante una imagen que muestra un hombre de pie junto a una cama sobre la que una mujer está acostada.

“Rompe en llanto, muestra esa vulnerabilidad que tiene y no fue capaz de elaborar la historia… Podemos hipotetizar que se evocan memorias que le generan angustia y le hacen incapaz de verbalizar memoria y sentimientos”, abundó.

López Obrero dijo que no pudo entrevistar personalmente a la otra presunta víctima, pero luego de estudiar su expediente que incluía evaluaciones sicológicas, encontró que también se le debe proteger su testimonio.

Luego, el abogado de la defensa, Harry Padilla, sentó a la siquiatra Arlene Rivera Mass para que reaccionara a la información ofrecida por López Obrero.

Rivera Mass sostuvo que hubiera realizado otras pruebas que considera necesarias para conocer la condición mental de la alegada víctima.

Mencionó una evaluación en particular que ayuda a identificar si la persona exagera para “obtener un beneficio secundario”.

Rivera Mass sostuvo que, a base de la información vertida por López Obrero, no encontraba razón alguna por la cual el testimonio tenga que ser sin público ni cámaras de los medios.

“No pude encontrar ninguna justificación ni encontrar que (López Obrero) verbalizara una sintomatología que le impidiera declarar en público”, dijo Rivera Mass. “No le debería afectar como le afecta a una persona promedio poder testificar”.

O'Neill, se expone hasta 25 años de prisión, se encuentra bajo una fianza diferida que se le impuso de $10,000 por cada una de las dos violaciones a laLey de Ética y $30,000 por los otros cargos.

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