(Foto/Suministrada)
WASHINGTON – La Comisionada Residente, Jenniffer González Colón, se opuso tenazmente a una enmienda a la Ley de Agricultura federal que pretendía prohibir las peleas de gallos en los territorios y así lo dejó saber en el Pleno de la Cámara de Representantes cuando consumió un turno.
Comisionada Residente defiende la legalidad de este deporte”.
La Ley de Agricultura no fue aprobada en la votación de hoy por lo que la enmienda que pretendía prohibir las peleas de gallos no prosperó. La comisionada hizo una llamado a que los puertorriqueños residentes en los estados, les comunicaran a sus congresistas su defensa por este deporte y exigieran vistas públicas a este medida.
La actual Ley de Agricultura estipula que los estados y territorios pueden regular las peleas de gallo; Puerto Rico tiene regulaciones desde 1933, actualizándola en el 2007, por lo que cumple cabalmente con la legislación federal.
Según las últimas estadísticas de la Oficina de Asuntos Gallísticos de Puerto Rico, esta industria representa, aproximadamente, 27 mil empleos directos e indirectos y más de $18 millones en actividad económica.
Todos los territorios se opusieron a la enmienda, incluso la delegada de las Islas Vírgenes, Stacey Plaskett, tomó un turno en el Hemiciclo luego de la Comisionada Residente para también oponerse a la prohibición de este deporte.
“No hemos tenido la oportunidad de debatir sobre este tema. Mis electores merecen ser escuchados y, si hay alguna preocupación, deberían originarse a nivel estatal, de acuerdo con lo que decida el pueblo de Puerto Rico, que orgullosamente represento”, expresó la comisionada insistiendo en que se debe al menos, realizar una vista pública al respectos donde se escuchan las partes
A continuación el mensaje de la comisionada residente, Jenniffer González Colón, hoy, en el Hemiciclo de la Cámara de Representantes federal:
“Hoy, levanto mi voz en oposición a la enmienda 28 al H.R. 2, la Ley de Agricultura y Nutrición del 2018, introducida por el compañero del 6to distrito congresional de Illinois, el Sr. Peter Roskam.
Esta enmienda esta basada en la premisa de establecer regulacion adicional sobre las actividades en los territorios. En Puerto Rico, el deporte gallístico ya es uno altamente regulado.
Regulado desde el 1933, en la actualidad, este deporte está cobijado por la Ley 98-2007 de Puerto Rico, que creó la Oficina de Asuntos Gallisticos del Departamento de Recreación y Deportes. Esta agencia promulgó el Reglamento Núm. 7424 que regula todos los aspectos relacionados a las peleas de gallos, incluyendo, pero no limitándose, a las licencias de los lugares, arbitros y criadores; reglas de las construcción de cedes; multas a eventos dados en lugares no aptos; conducta de los individuos durante la pelea de gallos; la prohibición de importar o exportar las aves para criarlas o para combate.
De acuerdo con las últimas estadísticas de la Oficina de Asuntos Gallísticos en Puerto Rico, esta industria representa aproximadamente 27 mil empleos directos e indirectos entre 82 clubes gallísticos y sobre $18 millones en actividad económica, contando solo el aspecto de apuestas. Estos números pueden parecer insignificantes si lo llevamos en el contexto a nivel Nacional, pero en una economía deprimida como Puerto Rico, $18 millones son una suma significativa.
Desde la Ley de Agricultura de 2002, el Congreso adoptó el mismo lenguaje de la Ley de Bienestar de Animales. En otras palabras, las peleas de gallos están prohibidas en los Estados Unidos y en el comercio interestatal, pero pueden ser legales si el estado o territorio autoriza y regula el evento y el ave no está involucrada en el comercio interestatal. Sin embargo, delega a los estados si deciden autorizar y regular las peleas de gallos dentro de su jurisdicción.
Señor Presidente, las peleas de gallos en los territorios no han afectado la salud ni la seguridad de nuestros ciudadanos en el continente. Además, el gobierno federal ya respalda la aplicación de la ley en los estados y territorios que eligen prohibir las peleas de gallos.
La prohibición propuesta de las peleas de gallos en los territorios angustiaría aún más a la economía de Puerto Rico al no solo reducir la actividad económica y el empleo, sino también los ingresos que el gobierno obtiene de las licencias y las multas.
Adicional, una prohibición abrupta de las peleas de gallos transformará una industria altamente regulada en una industria subterránea, trayendo las peleas a nuestras calles donde no tendríamos control.
Señor Presidente, este asunto ha sido debatido en ” Farm Bills” anteriores, y está diseñado como un acuerdo cuidadoso que respeta los derechos del estado y proporciona un trato equitativo a los territorios con respecto a la toma de decisiones locales. Este lenguaje ha sobrevivido a la legislación anterior y debería sobrevivir a este.
No hemos tenido la oportunidad de debatir sobre este tema. Mis electores merecen ser escuchados y, si hay alguna preocupación, deberían originarse a nivel estatal, de acuerdo con lo que decida el pueblo de Puerto Rico, que orgullosamente represento”.