No culpable hombre que arrolló mujer en gasolinera en Río Piedras

No culpable hombre que arrolló mujer en gasolinera en Río Piedras

Imagenes de una cámara de seguridad de una gasolinera en Río Piedras donde una mujer es arrollada por un hombre y es luego abandonada a su suerte. La mujer falleció posteriormente en el Centro Médico de Río Piedras.

La jueza Nerisvel Durán Guzmán, del Tribunal de San Juan, determinó que Alex Rivera Ortiz no actuó de forma negligente al arrollar a Gladys Arroyo Monzón la noche del 30 de agosto de 2014 en una estación de gasolina, en la barriada Venezuela en Río Piedras.

Sin embargo, concluyó que el hombre, de 25 años, abandonó la escena del accidente sin procurar ayuda para la mujer, de 48 años.

A tenor con este análisis, encontró al cocinero de un restaurante de comida rápida no culpable de un cargo de homicidio negligente, que contemplaba una pena de tres años de cárcel, pero culpable de violar el Artículo 4.02 de la Ley de Tránsito.

La oficial de Información de la Oficina de Prensa de la Administración de los Tribunales, Ileana Velázquez Lugo, informó a este medio que la jueza Durán Guzmán condenó a Rivera Ortiz al pago de una multa de $5,000 y de $100 de la pena especial, que nutre el Fondo de Ayuda a Víctimas.

Antes de emitir su fallo la tarde del viernes, la togada escuchó ese día, en la mañana, las argumentaciones finales del Ministerio Público y de la defensa. Luego se retiró a «escuchar una prueba», según consignó en corte abierta.

En su turno inicial y en el turno de refutación, los fiscales Luis Freire Borges y Lisette Sánchez Vázquez afirmaron que el accidente constituyó una tragedia que pudo haberse evitado, si el acusado hubiera actuado de forma prudente y responsable al entrar a la gasolinera.

Freire aseguró que el hombre entró a velocidad al lugar, un dato que quedó evidenciado con el estruendo que emitió la bocina que alertó a la cajera Jennifer Bernabe de que un carro había llegado al local.

«En el vídeo se ve el vehículo entrar rápido y se lleva a doña Gladys por el medio», puntualizó el fiscal al aludir a las imágenes que la Policía difundió para lograr la identificación del acusado.

Apuntó que Rivera Ortiz luego sacó a la víctima de la parte de abajo de su guagua y la colocó contra una pared del garaje.

Después de un intercambio con la cajera, según el fiscal, el acusado se marchó del lugar dejando a la víctima gravemente herida, no sin antes comprar una cerveza.

Señaló también que el hombre tardó en entregarse a las autoridades, luego de difundido el vídeo y de que un agente pasara por el restaurante donde trabajaba para entrevistarlo.

«La totalidad de la prueba establece más allá de duda razonable la negligencia cuando entró a la gasolinera y arrolló a una peatona que estaba en el lugar. Doña Gladys estaba en un plano inferior, no hay duda, pero estaba acostada», insistió Sánchez Vázquez.

El abogado Carlos Rivera Matos rechazó estos planteamientos al resaltar que durante el juicio no se presentó prueba científica que demostrara que el acusado entró al garaje a exceso de velocidad.

Aseguró que su representado no se percató de la presencia de la mujer porque estaba en el suelo en un planoque se hacía difícil divisarla y que se entregó voluntariamente a las autoridades.

También señaló que Rivera Ortiz se acercó a la víctima para hablarle y preguntarle cómo estaba. Que se marchó del lugar luego que la mujer le dijo que estaba bien y de observar que no tenía sangre.

«En el vídeo se algo moviéndose, parecía que estaba gateando. Ella estaba acostada o gateando», apuntó sobre el vídeo de seguridad cuyas imágenes opacas capturaron el momento del accidente.

«Es una persona que estaba en una posición inferior que de ordinario no está así», agregó.

Resaltó que la autopsia reveló la presencia de opiáceos en el cuerpo de la mujer, una droga fuerte que puede causar sueño.

«Doña Gladys se puso en una posición de peligro», indicó para acentuar que la mujer se encontraba en lugar inadecuado.

«Esto es un caso desgraciado de una persona abandonada por la sociedad. Desnutrida. Pesaba 100 libras. El agente la había visto antes y sabía que era una usuaria

 

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